martes, 22 de febrero de 2011

Insisten


Hace ya varios meses que avisé del extraño cartel que había a las puertas del Centro de Salud. El cartel decía, textualmente: “El número 941363501 no existe”. Así, tal cual, como si a los najerinos pudiese quitarnos el sueño la existencia de dicho número, cuya realidad, por otra parte, está fuera de toda duda. El número en cuestión existe, como existen todos los demás números, sean pares, impares, primos o quebrados.

Pero pasó el tiempo y, sea por la razón que fuere, desapareció el cartel. Quizás quien lo puso pudo superar la animadversión que tenía hacia el número 941363501, no sé. Tal vez alguien le convenció de que resulta muy extraño que en un centro de salud te digan que hay un número que no existe, así, nada más llegar al edificio. En cualquier caso, el cartel desapareció.

Bueno, pues ahora han vuelto a las andadas. De un modo más sutil, eso sí, con cierta astucia y una buena dosis de inteligencia. Porque ahora hay un cartel donde nos informan de que no se darán citas sin la tarjeta sanitaria, lo cual es un aviso como cualquier otro. Pero luego, de golpe y porrazo, a traición, insisten en la paranoia y afirman que el teléfono 941363501 no existe. ¡Y a nosotros qué nos importa!, puede decir uno. Tampoco existe el teléfono 9413452897539833 y nadie dice nada. O el 94164848493028292. ¿Qué tendrán en contra del número 941363501 en el Centro de Salud, cuya existencia es indudable ya que está ahí mismo, escrito en el papel? El profesor doctor Washington Rosales, de la Universidad de Montevideo, está estudiando el caso y pronto nos dará cuenta de sus conclusiones.

domingo, 20 de febrero de 2011

La ley contra los fumadores

En cierto comercio de la calle Mayor he visto este cartel. Dice textualmente:

SE PERMITE 
BLASFEMAR
y cagarse en el gobierno por sus mierda leyes
EN ESTE BAR.
Pero a fumar vais a la calle… ¡Es lo que hay!

viernes, 18 de febrero de 2011

El sexto puente


Según dicen las peores lenguas de la comarca, las autoridades najerinas están maquinando un astuto plan para rebatir a todos aquellos que les acusan de olvidar la cultura de la ciudad en beneficio de inútiles plazas de toros, de muretes neonajerinos o de unas tan lujosas como absurdas piscinas cubiertas. Al parecer, alguien dio la idea al mencionar la existencia de un antiguo puente que unió los montes de Malpica y el Castillo y que no existe desde el año del cólera. En virtud de eso, las malas lenguas añaden que se está evaluando la posibilidad de construir el que sería el sexto puente de la ciudad (recuérdese el proyecto del quinto puente), que no serviría absolutamente para nada (según la costumbre), uniría ambos montes de nuevo y sería de peaje. Los beneficios se invertirían en la construcción de un séptimo puente que aún no se sabe dónde cojones podría estar. La cultura ante todo, dicen los de arriba: Así somos aquí. ¡Viva la cultura! ¡Viva el surrealismo! Y si no, a ver quién encuentra un pueblo que celebre, independientemente, DOS semanas de estudios medievales y que una de ellas, además, la organice el Ayuntamiento para competir con la otra, que es una iniciativa de sus propios ciudadanos. Desde luego, puede decirse que culturalmente somos únicos.

viernes, 11 de febrero de 2011

La contaminación en Madrid


El profesor Washington Rosales, que está en Madrid estudiando la influencia de los mandriles entre los miembros del Congreso de los Diputados, nos ha enviado la foto que ilustra este artículo y el siguiente comentario: No sé si la reciente ley que prohíbe fumar en lugares públicos y cerrados es conveniente o no para la salud de los ciudadanos. Obsérvese cómo está Madrid desde entonces. Ahora, para respirar aire puro, no hay quien salga de los bares. Cuando se abre la puerta del bar, entra todo el humo.

martes, 8 de febrero de 2011

Remodelaciones neonajerinas


Seamos justos: mejor, lo que se dice mejor, está. Vamos, sin duda. Hay un abismo entre aquel murete neonajerino que denunciamos en un pasado -y que daba bastante asquito- y este que el Ayuntamiento ha levantado últimamente junto al puente de los Pescadores, lugar donde, por cierto, no se ha visto a un solo pescador desde que el puente fue bautizado. Al profesor doctor Washington Rosales no le extraña en absoluto que así sea. En su opinión, y en virtud de los diversos nombres que tienen las cosas en Nájera, el lugar tanto puede llamarse puente de los Pescadores como puente de los Hipopótamos.

Es cierto que el nuevo muro conserva la esencia neonajerina, que no abundan precisamente los detalles ornamentales en su estructura y que es más bien canijo, pero algo es algo. Como puede comprobarse en la segunda foto, tampoco el anclaje de las puertas es un alarde de meticulosidad. Pero bueno. No nos quejemos, que luego me dicen que soy un crítico destructivo, un yo qué sé y no sé cuántas cosas más. Aunque, dicho sea en un aparte y sin ánimo de ofender a nadie, manda huevos con el murete.